En este país, más de cincuenta mujeres son asesinadas cada año por sus parejas o exparejas. Me parece un argumento de peso para pasar a la acción, para no quedarme de brazos cruzados recontando cadáveres y titulares sobre el feminicidio.
Ante la lucha histórica de las mujeres por sus derechos, los hombres nos hemos quedado con el paso cambiado. Sin capacidad de reacción. Inmovilistas. Como si el machismo y el patriarcado no fuera con nosotros, como si no fuéramos también víctimas de sus castraciones, de sus mutilaciones emocionales, de las imposiciones de sus estereotipos de género. Para superar la polarización artificial -sociocultural- de los géneros, tenemos que tomar conciencia y partido, porque la Igualdad es también cosa de hombres.
A finales de 2014 decidí ampliar mi formación en Igualdad para intervenir activamente en este campo. Es importante que a los jóvenes varones les hablemos también los hombres, alertándoles de las trampas del machismo, de los micromachismos cotidianos, de las mentiras del amor romántico, de las confusiones de las emociones tóxicas, desmitificando celos y sentimientos de posesión.
Y ahí voy, haciendo talleres por los centros educativos, a través de la Asociación Mercedes Machado. Actividad que complemento con la puesta en marcha de La igualdad también es cosa de hombres, un espacio virtual para reflexionar sobre nuestro papel en la lucha contra el machismo y el patriarcado.